Abandonando la duda a la suave brisa generada por su abanico, la joven dama se valió de éste y del indiscreto brillo de sus ojos para expresarle a su amante todo aquello que no le estaba permitido decir con palabras.
(Microrrelato escrito para participar en el concurso ImaginArte Minificciones en Cadena. La frase de inicio deber ser "abandonando la duda a la suave brisa")
10 comentarios:
¡Bienvenida al concurso Belén! Es un lindo espacio para divertirnos y crecer en amigos.
!Mucha suerte!
Saludos!
Tienes toda la razón, Claudia. Gracias por los ánimos y por tu acogida!
Un abrazo.
Sólo falta que su amante sepa leer sus señales...
Muy chulo.
Besos
:o) Vamos a darle un voto de confianza...
Me gusta tu blog.
Te dejo uno de mis POETICUENTOS.
MEDUSA
Quiero escribir poemas de amor. Cómo hacerlo. Dónde el recurso adecuado. Bueno, veamos. Llega Úrsula, Irene, Aurora. Tiene un rostro que denuncia noches desbordadas. Bajo sus ojos la quemadura del desasosiego En el brillo de su mirada se anuncia un asalto a puñal o un llanto sin textura. Nada puede encontrase en esa mirada. Tan mezclada está la nostalgia con la espera, la ira y lo imposible, el placer deformado, la desolación.
Dice que pinta flores y escucha Blues, que es la amada de un filósofo profesor de origami.
anuar iván.
Gracias por pasar por aquí, Anuar, y por tu generosidad al traer un poeticuento.
Me ha encantado, cómo todos los que has escrito!!Sigue así, es verdadero gusto, leer tus relatos
Hola Ruth! Muchísimas gracias!!
Belén, esto me recuerda a un trabajo que hice mucho tiempo atrás sobre el lenguaje de los abanicos. Increible todo lo que se puede decir con ellos, y más increible aún cómo los seres humanos somos capaces de crear argucias para expresar sentimientos a pesar de las prohibiciones o de las críticas ajenas, a fin de cuentas, ¿qué hay más puro que el sentimiento? Lo has trasladado muy bien aquí, suerte en el concurso.
Muchas gracias Maite! No sé dónde escuché una frase que era más o menos así: "hay cosas que para ser no necesitan permiso". Los sentimientos son los que son, como mucho se puede controlar lo que se hace con ellos, pero no lo que se siente. Y sí, es increíble la inventiva humana al respecto. Pero es lógico: los sentimientos son los que nos mueven.
Un abrazo.
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