Maneras de vivir

Vive en la calle por decisión propia. Nadie puede obligarle a dormir en una cama con sábanas limpias en lugar de una playa techada de estrellas, y él lo sabe. Sentado en cualquier parte, contempla el ir y venir de la gente que pasa a su lado, observa cómo lo evitan, cómo marcan distancias. Ilusos. Ciegos de prejuicios, son incapaces de ver que es él quien no quiere saber nada de ellos.

17 comentarios:

Kum* dijo...

Sí... siempre pensamos que el equivocado es el otro... que el raro es el otro. Como TODOS los personajes de tu micro. Uno, en todo caso, se siente especial... nunca raro.

Respetar las opciones diferentes, intentar no juzgar... sería una buena opción.

PD: Yo también adoraba a los Leño, por cierto. Bonito homenaje.

PD: y... ya puestos... "la fina", de los Leño, quedaría muy bien como música de tu blog. Es sólo por ayudar,... oí que ibas a cambiar la música.

Besos febriles... aún.

Unknown dijo...

Si es su opción, está en todo su derecho. Nunca se nos ocurre verlo de ese modo, pensamos que el que está en la calle es, necesariamente, una víctima. Lindo giro le has dado a tu relato.

Un abrazo

Daniel J. Hernández dijo...

Me han dado ganas de vivir en la calle. Buen micro Belén, a veces no vemos la simplicidad de la vida.
Un abrazo
Saludos

Lola Sanabria dijo...

Lo más interesante del micro, a mi modo de ver, es que toca el tema de los prejuicios. De ellos estamos hasta arriba, de ellos surgen esas maldades en seres humanos que, no siendo mala gente, no les tiembla la voz a la hora de decir que hay que echar a los gitanos, a todos los gitanos, de nuestro lado.
Buena denuncia, Belén.

Abrazos.

Puck dijo...

Muchas veces sentimos lástima por personas que no tienen cosas que no necesitan y quizas no vemos lo que ellos tienen que a nosostros nos podría hacer felices. En este caso, la libertad de elegir. Me gustó mucho. Un saludillos

Guillermo Escribano dijo...

Hola Belén,
Has pintado un estereotipo más común de lo que parece. Muy bien hecho.Ahí te dejo otro:

Trabaja en una oficina para dar de comer a sus crías. Nadie le obliga a ponerse el cuello duro y la corbata cuatro días a la semana, aunque le gustaría dormir en una playa bajo el cielo y una lechada de galaxias, lo sueña diariamente. Va y viene como sus compañeros desde ordenador a la máquina del café y sonríe entre ellos, incluso escribe esas risas bobaliconas jajaj en el facebook. Ilusos y adocenados, serían incapaces de comprender que no quiere saber nada de ellos ni del resto de la humanidad, pero está pergeñando una estrategia…

Torcuato dijo...

Muchos prejuicios y poco pensar por uno mismo.
Buena la música de fondo.
Un beso Bélen.

Belén Lorenzo dijo...

Kum*: Supongo que ver a los demás como lo diferente es algún tipo de mecanismo de defensa: necesitamos reafirmarnos. Me temo que venimos programados así, lo único que podemos hacer es intentar darnos cuenta del engaño. Por cierto: buen intento, pero no pienso cambiar la música :o)

Patricia: como en todo, hay casos y casos. Hay quien lo elige, de hecho, alguien me dijo una vez que no necesitaba un hotel de 5 estrellas cuando puede tener uno de 5 millones (falló en el cálculo, pero la idea era ésa).

Daniel: piénsalo bien :o) Tienes razón: la vida la complicamos nosotros...

Gracias, Lola. Sí, desde luego los prejuicios son un problema: nos impiden avanzar, convivir, y un largo etcétera (empezando por mí...).

Gracias, Puck. Somos nosotros los que creemos que se vive mejor con más: si alguien nos dice que no, lo vemos como sospechoso, y jamás nos sentaremos a discutir eso con él.

Guillermo: hace días le estoy dando vueltas a los estereotipos, a las barreras que ponemos... El micro ya lo tenía escrito, pero estuve pensando otro donde se viera el "fenómeno corbata", cómo cambian las personas cuando empiezan a usarla, etc. Gracias por tu visión del tema.

Un abrazo para cada uno!

Belén Lorenzo dijo...

Gracias, Torcuato! Creo que es inevitable, pero deberíamos pararnos más a pensar en ello. Gracias por lo de la música. Por muchas indirectas directas que mande Kum*, no pienso cambiarla... :o)
Un beso.

Anónimo dijo...

¿A cuánta gente no habremos mirado con compasión mientras esa persona nos mira igual? El ser humano, un único punto de vista.

Susana Pérez dijo...

Según leía se me venía a la mente alguien que se sienta en cualquier escalón del atrio del Ayuntamiento, de la Plaza de España, ... y que siempre que lo veo me pregunto ¿qué pensará de nosotros-as?
Besos

Belén Lorenzo dijo...

Exactamente: creemos que la compasión es unidireccional, y no lo es absoluto...

Su: seguro que él ve cosas que nosotros no podemos o no sabemos ver.

Un abrazo.

Maite dijo...

Muy buen relato, Belén. Me ha encantado la visión desde el otro lado. Un abrazo.

Belén Lorenzo dijo...

Gracias, Maite! Un abrazo.

Jesús dijo...

La imagen de una playa en verano con cielo despejado y luna llena me atrae..... solo que prefiero añadirle fogatita, un vinito, una guitarrita..... en fin, supongo que son maneras de vivir
PD. No te tomes a mal lo de la guitarra, pero llevar un chelo o un piano era complicado
;)

Álfil dijo...

Imagínate la escena: Concierto de Rosendo abarrotado de gente, él recita tu micro relato mientras empieza a atronar la batería de fondo y los primeros acordes de Maneras de Vivir.
Joder!!!!!!! Yo fliparía.
Me ha encantado, Belén.

Belén Lorenzo dijo...

Jesús: eres único, no tienes remedio! :o)

Álfil: muchísimas gracias y bienvenido!

Un abrazo para cada uno.