Amiatcompa

Tardaron mucho tiempo para encontrar la palabra que definiera exactamente lo que sentían. No encajaba bien en amor, ni tampoco en amistad. Era algo a medio camino entre una cosa y otra, pero no sabían nombrarlo. Atracción le quedaba demasiado estrecha, y hubiera sido injusto encerrarlo entre sus límites. Compañerismo les parecía muy fría, pasión un poco hueca. "Amiatcompa", pensaron, "ésa es la palabra justa". Estaban felices: ya tenían un término preciso que explicara la unión de ambos. Nunca pensaron que mientras tanto se había convertido en otra cosa.

Microrrelato publicado en En sentido figurado.

17 comentarios:

Anita Dinamita dijo...

¡Qué obsesión por ponerle nombre a las relaciones!
Me gusta mucho el final, como ocurre muchas veces, mientras le pones nombre se convierte en otra cosa.
Un beso

Puck dijo...

Se habían convertido en qué? vuelta a empezar. Qué dificil es a veces definir, poner límites y encerrar en una palabra las relaciones. Saludillos encantados. Me ha gustado mucho

Anónimo dijo...

cada dia me sorprendes más, m pasa como a mi compi de trabajo, eres única

Belén Lorenzo dijo...

Anita: sí, tenemos una obsesión casi enfermiza por delimitarlo todo. Pero el lógico, es que es más fácil vivir así.

Puck: a saber... :o)

Anónimo: jajaja, qué fácil me lo pusiste! :o) eres un sol

Gracias a todos y tres abrazos para repartir a partes iguales.

Javier Domingo dijo...

hermoso. Poner nombre a las cosas solo significa ponerles limite

Unknown dijo...

Gran giro final. Creo que, en pareja o individualmente, siempre somos algo en proceso, alguien en germen, lo que seremos.
Un abrazo.

Ausencia Silenciosa dijo...

Jajaja... creo que así llamaré también a la mía, a ver si de alguna manera avanza o retrocede :) :)

Maite dijo...

Hay muchas situaciones en la vida a las que pondríamos un nuevo nombre, porque son sensaciones únicas, y por tanto tendrían que denominarse con un término único también. Un abrazo.

marialuisa dijo...

Muy bueno :)
pero de poco les sirvió jaja, ahora tendrán que volver a buscar otro nombre

besos

Lola Sanabria dijo...

Ese afán de poner nombre a los sentimientos y mientras ellos renovándose continuamente. Muy bien plasmado.

Abrazos al cubo.

Torcuato dijo...

Es la manía del humano de definirlo todo.
Un beso.

Belén Lorenzo dijo...

Javier: claro, pero a veces hay cosas que no los tienen (ni necesitan tenerlo).

Patricia: cambiamos constantemente, es parte de la vida, aunque a veces lo olvidamos.

Asencia silenciosa: jajaja, no sé yo... Pero bueno, te presto el nombre para lo que quieras :o)

Maite: es verdad, aunque no habría nombres suficientes para definir todo lo lo que nos pasa (por suerte...).

Marialuisa: y así sucesivamente... :o)

Lola: es que van por libre, sin tenernos en consideración! :o)

Torcuato: tú lo has dicho, una manía, una de tantas que tenemos...

Muchísimas gracias a todos por venir! Un abrazo para cada uno.

Propílogo dijo...

Tuve un amigo que de vez en cuando se paraba a pensar si la chica con la que estaba en aquel momento era realmente a mujer de su vida. Ninguna lo fue, al menos cuando se paró a pensar en ello. Viene a ser lo mismo.
Saludos

Belén Lorenzo dijo...

Son cosas que no deberíamos pensar, aunque al final todos lo hacemos. Si es la persona adecuada, se verá con el tiempo. Si no lo es, también... Pensar en ello no cambia lo que se siente o lo que ocurre. Un abrazo, y muchas gracias por el comentario.

Susana Pérez dijo...

Tanto poner nombres y nombres, y al final, lo único que vale realmente es lo que se siente.

Besos

Daniel J. Hernández dijo...

Bien Belén.Sabes, yo también me invento palabras cuando no encuentro las necesarias. Quizá soy ignorante, quizá.
Un beso.

Belén Lorenzo dijo...

Su: si es que nos liamos solitos...!

Daniel: ignorante sólo si no conoces las palabras que inventan los demás :o) Buen método.

Un abrazo para ambos!