Arte efímero

La cena se enfriaba en la mesa, pero a nadie parecía importarle. El estruendo de los fuegos artificiales y sus arabescos multicolores atrapaban la atención de todos, grandes y pequeños, quienes permanecíamos arracimados ante una ventana claramente insuficiente para ejercer de palco de un espectáculo tan concurrido. Pero allí estábamos, como cada año, repitiendo la misma escena que ocurría simultáneamente en otras ventanas similares, admirando la belleza y fugacidad de unas luces que morían al poco de tiempo de nacer. Sin embargo, a mí nunca me gustaron, porque sentía que las luces nos observaban y se reían de nosotros. Ellas, siempre iguales. Nosotros, cada año más viejos.

(Relato escrito para el concurso Relatos en Cadena: escueladeescritores.com/concurso-cadena-ser. La frase de inicio debía ser "la cena se enfriaba en la mesa")

6 comentarios:

Susana Pérez dijo...

Otra perspectiva del paso del tiempo.
Un beso...

Anónimo dijo...

Un giro en la forma,no?

Abrazossssssss!!!

Odile dijo...

La pérdida de la inociencia es dura. Me ha gustado mucho tu relato.

Un beso inocente

Belén Lorenzo dijo...

Gracias por los comentarios! Hay un poco de todo: la pérdida de la inocencia, el tiempo que pasa aunque uno no quiera, las personas cambian pero las cosas no... En fin, la vida en sí misma. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Añado un enlace a tu blog desde el mio, ok? un saludo.

Belén Lorenzo dijo...

Claro, no hay problema. Gracias por pasearte por aquí!