Temerarios

     Conducían sus vidas en direcciones opuestas, así que el choque parecía inevitable. Sin embargo, y contra todo pronóstico, ambos redujeron su velocidad hasta encontrarse. Parados en el arcén, contemplan desde entonces cómo los demás pasan de largo unos de otros, y sonríen ante lo acertada que puede ser, a veces, la conducción temeraria.


2 comentarios:

Bubo dijo...

¡Me encanta su blog! Dejo de monopolizar los comentarios. Pero nos volveremos a ver.

Belén Lorenzo dijo...

jajaja, gracias, Bubo!