Cada vez que llega a un lugar nuevo, le parece reconocer en los rostros de los extraños los rasgos de alguna persona conocida. De repente, cree haber visto a un vecino en el metro, a una amiga mirando un escaparate o a un familiar lejano dando un paseo, pero siempre hay un detalle que le hace darse cuenta de su error. Y es que basta una mínima diferencia para romper el hechizo. Sin embargo, durante unos segundos aquella persona totalmente desconocida se convierte en alguien cercano, capaz de hacerle sentir más cómodo en un sitio nuevo. Cada vez que le pasa, no puede evitar sonreír pensando que a todo el mundo le ocurrirá algo parecido, y le divierte imaginar cuántos dobles de él mismo estarán aligerando la soledad de alguien en ese preciso instante, en lugares en los que tal vez nunca ha estado.
13 comentarios:
Fíjate que yo creí ver a Alfonso en quien en realidad era Alonso... y me dio una alegría...
Yo "jugaba" a que veía famosos, cuando alguien se parecía luego decía "he visto a Woody Allen" y siempre sonreía con los parecidos.
Muy bien relatado, Belén.
Abrazos
Me encantó este micro Belén, partís de una idea excelente y lo terminás con las palabras justas.
Un abrazo
Hola! Soy amigo de Saray que me dejo tu blog, me gusta mucho me parece muy interesante si quieres pasate por el mío y seguimos en contacto: www.laspalabrasdedurken.blogspot.com
BEsos
Linda reflexión. Es cierto. Hay por ahí muchas caras repetidas. Tengo un cuñado que no hace más que verme en sitios que no he estado con gente que no conozco. Me dice:
"El sábado te ví en Gran Vía con una rubia despampanante"
...y me hace un guiño cómplice. Yo lo dejo estar. Me cansé de negar obviedades. Debe haber por ahí un doble mío que se lo pasa bomba.
Besos parecidos.
Anita: es que una "f" no puede ser algo fundamental en la vida, estaría bueno... :o)
Patricia: muchas gracias, qué bueno que te gustara.
Durken: lo que ya te dije. Muchas gracias y bienvenido!
Kum*: sabía que alguien le sacaría punta al texto, y ese sólo podías ser tú :o)
Gracias a todos y un abrazo para cada uno!
Tiene que ser así, debe haber esa reciprocidad. Me gusta la sencillez del lenguaje que hace la letura ágil, fresca.
Un abrazo
Gracias, Baizabal!
Un abrazo.
Me ha encantado la historia y ese giro final de, si yo lo hago porqué no lo van a hacer otros, me parece precioso.
Saludillos
Gracias, Puck! Siempre me había pasado eso de creer reconocer a alguien en un desconocido cuando estoy fuera de mi lugar habitual, pero hasta hace nada no me di cuenta de que también debía funcionar al contrario... :o) Es lo lógico, pero no había caído en la cuenta.
Un abrazo.
Muy dulce y esperanzador, Belén..y original.
Besos.
Gracias, Torcuato!
Un abrazo.
Muy, muy interesante.
Muchísimas gracias, Budoson.
Un abrazo.
Publicar un comentario