Durante años, su palabra favorita fue alcancía. Luego vinieron otras, como cachivache, libélula y otorrinolaringólogo. Pronunciadas en alto, evocaban imágenes y sensaciones únicas que no obtenía con otras.
Después de muchas lecturas y conversaciones, cuando ya creía que sus recursos se habían agotado, el nacimiento de su hijo le abrió un mundo de posibilidades aún por descubrir. Desde entonces, sus palabras preferidas no están reconocidas por la RAE, y siempre que puede, le muestra a su pequeño académico un tetrabrik de zumo con la única intención de que él le diga manzana.
6 comentarios:
Me encanta que crees palabras jeje Todavía recuerdo amatcompa :-).
Saludillos
Esas lenguas de trapo!!!! Es encantador esto que has escrito.
http://paqueteria.correos.es/concursofotografialiteratura/
Por si te apetece. Saludos.
jajaja, muchas gracias, Puck, aunque admito que esta vez no es mía, es propiedad de un niño real.
Montse, muchas gracias, miraré el enlace. Los niños son fantásticos...
Un abrazo para ambas!
Babo! por el pequeño académico.
Saludos.
jajaja,se lo merece!
Un abrazo
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